El cometa ISON, cuyo nombre deriva de las siglas del proyecto de rastreo del firmamento conocido como ISON (International Scientific Optical Network) está cerca de la órbita de Júpiter en la actualidad. A esa distancia, es sólo un débil puntito luminoso moviéndose por el espacio, y se requiere un telescopio potente para reconocer de manera inequívoca que es un cometa. Cuando se aproxime más, la situación podría cambiar de manera radical.
La órbita del cometa le llevará a pasar muy cerca del Sol, lo que le calentará lo suficiente como para aumentar mucho su visibilidad. Eso podría volverle el “Cometa del Siglo”, o sea el más espectacular en cien años. Sin embargo, su acercamiento al Sol podría también aniquilarle, antes incluso de poder hacerse visible del modo indicado.
Aunque el ISON está aún lejos y su brillo es tenue para el ojo humano desnudo, en términos astronómicos y para un objeto de su clase resulta llamativamente luminoso. Su resplandor sugiere que lo rodea un halo de gas y polvo emitidos por su núcleo, al cual se le calcula un diámetro de entre 1 y 10 kilómetros.
El 28 de Noviembre de 2013, el ISON volará a través de la atmósfera del Sol, acercándose hasta poco más de un millón de kilómetros de la superficie de nuestra estrella. Si el cometa sobrevive a ese sobrevuelo, una hazaña que no está claro que vaya a conseguir, emergerá del infierno solar convertido en el Cometa del Siglo, y desde la Tierra se le verá tan brillante como la Luna, resultando temporalmente visible cerca del Sol, a plena luz del día.